¿Feminismo en la iglesia? -II parte

Mientras buscaba información en internet sobre el tema del silencio de la cristiana en las reuniones públicas de la iglesia encontré un artículo publicado el 30 de octubre de 1919 por Benjamin B. Warfield en The Presbyterian.
Hace un interesante análisis de las palabras griegas laleo (hablar) y lego (decir). Además explica con lucidez 1 Corintios 14:33-35 y 1 Timoteo 2:11-14. A casi noventa años de su publicación, el artículo mantiene vigencia y el tema sigue generando comentarios y controversias. He aquí algunos extractos:

Laleo y lego

"... se hallan relacionadas la una con la otra exactamente de la misma manera que lo están las palabras españolas hablar y decir; es decir, que laleo expresa el acto de hablar, mientras que lego se refiere a lo que es dicho... No hay nada descalificador o despreciativo en lo que sugiere la palabra, así como tampoco lo hay en nuestra palabra hablar; aunque, por supuesto, puede en alguna ocasión ser utilizada en términos despreciativos como también lo puede ser nuestra palabra hablar [...] Esta aplicación descalificadora de laleo, sin embargo, nunca ocurre en el Nuevo Testamento, aunque la palabra se utiliza con mucha frecuencia".

El silencio de la mujer en 1 Corintios 14

"Es importante observar, ahora, que el eje alrededor del cual gira la prescripción de estos versos, no radica en la prohibición de hablar tanto como en el mandamiento del silencio. Ésta es la prescripción principal. La prohibición de hablar se introduce seguidamente sólo para explicar el significado de forma más completa. Lo que Pablo dice en breve es: ´las mujeres callen en las iglesias.´ Eso seguramente es suficientemente directo y específico para suplir todas las necesidades. Él entonces agrega la explicación: ´Porque no les está permitido hablar.´ ´No está permitido´ es una apelación a una ley general, válida aparte del mandamiento personal de Pablo, y se conecta atrás con las palabras precedentes: ´Como en todas las iglesias de los santos.´”

"La prohibición de que las mujeres hablen, abarca así todas las reuniones públicas de la iglesia; pues se trata del carácter público, no de la formalidad. Y él nos dice en reiteradas ocasiones que ésta es la ley universal de la iglesia. Hace más que eso: nos dice que ése es el mandamiento del Señor, y enfatiza la palabra “Señor” (v. 37)."

El silencio en 1 Timoteo 2

El pasaje de 1 Timoteo 2:11, etc. es tan vigoroso como éste, sólo que se dirige más particularmente al caso específico de la enseñanza en público y a la conducción en la iglesia. El apóstol ya en este contexto (el v. 8 dice “los varones” en contraste con las “mujeres” del v. 9) había restringido específicamente la oración pública a los hombres, y ahora continúa: “La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.” Ni la enseñanza ni la función de conducción se permiten a la mujer…”.

Sobre el feminismo

Para Pablo, la raza humana se compone de familias, y todos los diversos organismos –incluida la iglesia– están compuestos de familias, unidos juntos por éste u otro vínculo. La relación de los sexos en la familia la sigue por lo tanto en la iglesia. Para el movimiento feminista la raza humana se compone de individuos; una mujer es simplemente otro individuo a la par del hombre, y no puede considerar ninguna razón para ninguna diferencia al tratar con los dos. Y, si podemos ignorar la gran diferencia fundamental y natural de los sexos y destruir la gran unidad social fundamental de la familia en pro del individualismo, no parecería haber ninguna razón por la que no debamos eliminar las diferencias establecidas por Pablo entre los sexos en la iglesia; excepto, por supuesto, la autoridad de Pablo. Todo esto, finalmente, nos hace volver hacia la autoridad de los apóstoles, como los fundadores de la iglesia. Nos puede gustar lo que Pablo dice, o no. Podemos estar dispuestos a hacer lo que él ordena, o no. Pero no hay lugar para la duda en cuanto a lo que él dice. Y él nos diría ciertamente a nosotros lo que les dijo a los corintios: “¿Acaso ha salido de vosotros la palabra de Dios, o sólo a vosotros ha llegado?”

Para leer el texto íntegro: AQUÍ


Comentarios