¿Problema de metonimia?

Un hermano de una aldea conversaba con otro, quien era egresado de un instituto bíblico importante, sobre el uso de una copa o copitas en la cena del Señor. El hermano que había estudiado homilética, hermenéutica y otras materias exponía sus argumentos con libertad. El otro escuchaba. Cuando finalizó, el campesino dijo: “hermanito, no me hable de metonimia o sinécdoque porque no lo entiendo; solo leamos si la Biblia menciona copa o copitas”. El egresado del instituto sigue tomando el jugo de uva en copas individuales y el campesino en una copa.

¿Es necesario distinguir la metonimia y la sinécdoque para entender el asunto? Si un niño de siete años lee los versículos acerca de este tema, ¿qué entendería? Con su desconocimiento de las figuras literarias o de cuándo las palabras son literales o figuradas, ¿podría este niño concluir que Jesús habló de una copa o copas?

Aunque un hermano del campo nunca haya estudiado teología, gramática, lingüística, preceptiva literaria o filología, todos los días usa figuras literarias; lo hace empíricamente. Si dice: “quiero una taza de café”. Su sentido común o conocimiento empírico del lenguaje no le permite entender que la taza está fabricada de café, es obvio que agarrará un recipiente (quizá de vidrio) que contendrá líquido (en este caso café) y lo beberá. Si él dice: “Esta tierra me da de comer”, está usando lenguaje figurado. La tierra le da de comer cuando él siembra y cosecha frijoles, maíz, verduras, frutas, etc. De nuevo, no necesitamos conocer la definición académica de metáfora, la sinécdoque o la metonimia de forma académica para obtener una conclusión racional.

¿Es malo entonces aprender el significado de esas figuras literarias? No, es válido para un hombre o una mujer interesados por el estudio de la Biblia y en la verdad. El problema es que muchas personas, en vez de aclarar el panorama, confunden a quienes desconocen tales conceptos.

¿Es dfícil entender Lucas 22.20 sin conocimiento previo de metáfora, metonimia o sinécdoque? Leamos cinco versiones:

· “Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes", (Biblia Latinoamericana 1995).

· “De la misma manera, después de haber cenado, dijo acerca de la copa: Esta copa es el nuevo pacto mediante mi sangre que por causa de ustedes es derramada”, (Peshita español).

· “Asimismo también [tomó y les dio] el vaso, después que hubo cenado, diciendo: Este vaso [es] el Nuevo Testamento en mi sangre, que por vosotros se derrama”, (Reina-Valera 2000).

· “Del mismo modo tomó el cáliz después que hubo cenado, diciendo: Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre, que se derramará por vosotros”, (Torres Amat).

· “Después de cenar, hizo igual con la copa diciendo: Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes”, (Luis Alonso Schokel y Juan Mateos).

¿Es difícil enteder 1 Corintios 11.25 sin conocimiento previo de metáfora, metonimia o sinécdoque?

· “Asimismo tomó también la copa después de haber cenado, y dijo: Esta copa es el Nuevo Pacto, efectuado por mi sangre; hagan esto todas las veces que la beban, como un memorial hacia mí", (Kadosh israelita-mesiánica).

· Después de cenar, hizo igual con la copa, diciendo: Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre; cada vez que beban, hagan lo mismo en memoria mía", (Luis Alonso Schokel y Juan Mateos).

· “De la misma manera, después de comer, levantó la copa de vino y dijo: "Esta copa representa el nuevo pacto entre Dios y su pueblo, que es sellado con mi sangre. Cuando beban el vino de esta copa, háganlo para recordarme", (Palabra de Dios para Todos).

Independientemente de las versiones, es claro que cuando Jesús estableció la Cena tuvo tres elementos: un pan, una copa, una cantidad de jugo de uva. Entonces algo representa su cuerpo, algo la Nueva Alianza, y algo que se derrama es lo que sella o confirma esa alianza o pacto.

Cuando Cristo dijo: “Esta copa es el Nuevo Pacto”, entiendo que sostiene en sus manos un recipiente para beber, pero también tiene en sus manos dos materias: una sólida y otra líquida. En este caso la palabra copa incluye a las dos, pero siguen siendo diferentes: una (la copa) es el recipiente y la otra (el jugo) es la que se beberá.

Así, como Cristo y sus discípulos, nosotros debemos beber la copa, claro que no la parte sólida sino la sustancia líquida. En la cena del Señor ambos elementos son inseparables: la copa (el recipiente) porque representa el nuevo pacto entre Dios y sus hijos, y el jugo de uva (lo que se bebe) porque representa la sangre derramada por los pecadores y la cual confirma o sella ese pacto.

Aunque los tres elementos usados por Cristo son físicos, en la cena del Señor son espirituales porque representan algo espiritual: el cuerpo sacrificado de Jesús, el Nuevo Pacto establecido por medio de él y la sangre que el cordero derramó en la cruz para confirmar esa alianza nueva.

La cuestión no es si el campesino o el académico tienen la razón. El asunto es qué autoriza la Biblia.